lunes, 7 de mayo de 2012

Un cúmulo estelar abierto que se puede observar a simple vista desde la Tierra son las Pléyades, en la constelación de Tauro.
Hasta hace poco tiempo, se suponía que nuestra galaxia, la Vía Láctea, estaba formando estrellas a un ritmo más lento del que le correspondía por su tamaño y características.
Era, en términos de formación estelar, "una galaxia perezosa", cuenta el astrofísico del IAC Artemio Herrero.
Esta situación comenzó a cambiar a mediados de los años 90 del siglo XX, cuando empezaron a proliferar los datos tomados en el espectro infrarrojo.
"La luz infrarroja es capaz de atravesar las nubes de polvo que oscurecen el plano de nuestra galaxia, donde se concentra la formación de nuevas estrellas. Esta formación se revela por medio de las estrellas más masivas, que viven poco, y marcan por tanto el lugar donde las estrellas se han formado recientemente, o se están formando aún", explica Herrero.
El descubrimiento de Masgomas-1 se ha realizado gracias a las observaciones con el espectrógrafo infrarrojo LIRIS, instalado en el telescopio "William Herschel" del Observatorio del Roque de los Muchachos del IAC, en La Palma.
Este descubrimiento es parte de un programa de búsqueda sistemática de cúmulos

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